La Antigimnasia® es una innovadora disciplina que rompe con las convenciones tradicionales del ejercicio físico. En lugar de centrarse en rutinas extenuantes, esta práctica fomenta la conciencia corporal y la autorregulación a través de movimientos respetuosos con la fisiología del cuerpo. Nuestro cuerpo tiene una capacidad innata de regeneración, la Antigimnasia (R) nos guía a escucharlo mediante movimientos suaves y conscientes.
La práctica regular de la Antigimnasia® ofrece una serie de beneficios notables para la salud física y emocional. Esta disciplina única se centra en la autoregulación y la toma de conciencia corporal, lo que hace excepcionalmente beneficiosa en varios aspectos:
Alivio del dolor: la Antigimnasia® ayuda a identificar y liberar patrones de tensión muscular. Esto sirve para aliviar el dolor crónico en áreas como la espalda, cuello, hombros, mandíbulas o pies. Esto puede mejorar significativamente la calidad de vida de quienes sufren molestias persistentes.
Mejora de la postura: mediante movimientos de conciencia postural, la Antigimnasia® promueve una postura más erguida y natural. Esto no sólo beneficia la apariencia física, sino que también reduce la presión sobre articulaciones y músculos, previniendo problemas posturales.
Mayor flexibilidad y movilidad: los movimientos suaves y conscientes de la Antigimnasia® mejoran la flexibilidad y la movilidad articular. Esto permite liberarse de patrones de movimientos obsoletos y limitantes, y disfrutar del placer de moverse sin trabas en las actividades de tu vida. Reduciendo el riesgo de lesiones y descubriendo posibilidades insospechadas de vitalidad.
Reducción del estrés: la práctica de la Antigimnasia® fomenta el orden neuro-muscular, lo que permite dejar de desgastarse inútilmente, de envejecer prematuramente, empleando, no una energía diez o cien veces mayor que la necesaria, como se hace por regla general, sino sólo la energía apropiada para cada gesto. La respiración se libera de las tensiones musculares que la oprimen. Recupera su amplitud y su ritmo natural. “Observar la nariz nos enseña a escuchar” Nazareth Castellanos. Y la escucha es el principio fundamental de la Antigimnasia®. Escuchar a tu cuerpo. No se trata de forzar, sino de trabajar en armonía con tu cuerpo y sus necesidades individuales. La Antigimnasia® favorece la reconciliación entre la experiencia emocional vivida y la corporal. Permitiendo que el cerebro viva esta conexión como una coherencia. Cuando esto sucede el cerebro lo vive como un alivio y la relajación emerge.
Mayor autoconciencia: la Antigimnasia® nos ayuda a conectarnos con nuestro cuerpo, entender sus necesidades y escuchar sus señales. Esto promueve una mayor autoconciencia y un sentido de autocuidado, lo que puede llevar a decisiones más saludables en la vida cotidiana. Podrás afirmar tu individualidad, recuperar la iniciativa, la confianza en ti mismo.
Adaptabilidad: la Antigimnasia® se practica a tu ritmo. En función de tus posibilidades en ese momento y sin buscar rendimiento alguno. A veces es más interesante “fallar” un movimiento y descubrir lo que tu cuerpo aún no puede hacer, lo que no se atreve a hacer, lo que ha olvidado. Puede ser especialmente beneficiosa para quienes buscan una alternativa a los ejercicios intensos.
En resumen, la Antigimnasia® es mucho más que un enfoque de acondicionamiento físico. Es una forma de mejorar la calidad de vida a través de la atención cuidadosa al cuerpo. Nuestro cuerpo es nuestra única realidad tangible. No se opone a la inteligencia, a los sentimientos, al alma. Los incluye y los alberga. Por ello, tomar conciencia del propio cuerpo significa abrirse el acceso a la totalidad del propio ser.
Nuestro cuerpo es inteligente, tiene una historia, tiene memoria. Se merece mucho más que ser domesticado a la fuerza y ser adiestrado sistemáticamente.
Ahora que te has explorado los beneficios de la Antigimnasia® llega el turno de probarlos. Te animo a que me preguntes.
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